La era de la Inteligencia Artificial

06 de junio 2025
por Monse López

“En esta empresa no usamos inteligencia artificial”, esa frase se escucha cada vez más. No porque las personas no quieran usarla (spoiler: ya la están usando en secreto), sino porque nadie les ha dicho cómo hacerlo con seguridad y criterio.
Y entonces la solución más rápida es: prohibir. Pero aquí viene la reflexión importante:
Cuando una herramienta poderosa aparece, no se trata de evitarla.
Se trata de entenderla, regularla y entrenar a las personas para usarla bien.
La llegada de herramientas de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, Gemini o Copilot ha provocado dos grandes reacciones:
- Explorarla con entusiasmo (aunque a veces sin guía).
- Restringirla por completo.
La preocupación por la filtración de datos sensibles o el uso irresponsable de estas herramientas es real. Al fin y al cabo, muchas de ellas funcionan en la nube y sí, todo lo que se ingresa puede ser almacenado o analizado por terceros si no se tienen versiones corporativas seguras.
Pero ¿De verdad la IA es tan riesgosa? sí, si no se usa con cabeza.
Las empresas tienen razones válidas para preocuparse:

Filtración de datos sensibles











Dependencia tecnológica sin criterio











Decisiones tomadas por algoritmos sin revisión humana.
El verdadero riesgo es quedarte atrás
Cuando decides no usar IA, también estás decidiendo esto (aunque no lo digas en voz alta):











No explorar nuevas formas de automatizar tareas











No aprovechar el tiempo de tu equipo en lo que realmente importa











No desarrollar pensamiento crítico sobre herramientas que muchos ya usan
¿Y si, en lugar de prohibir, guiamos? Imagina esto:
- Tu equipo sabe cuándo sí y cuándo no usar IA
- Usan versiones seguras, sin comprometer datos confidenciales
- Ahorran tiempo en tareas repetitivas y lo invierten en pensar, crear, mejorar
- Tienen criterio propio. No delegan su juicio, lo afinan.
No basta con capacitar en lo técnico, hay que hacerlo también en lo responsable, en lo estratégico y en lo humano.


¿Qué pueden hacer las empresas que sí quieren integrar la IA con inteligencia?











Diseñar políticas claras sobre el uso de IA generativa. Qué se puede compartir, qué no, en qué contextos es útil y cuándo conviene evitarla.











Usar versiones seguras como ChatGPT Enterprise, Copilot o herramientas locales que garantizan privacidad.











Capacitar equipos en el uso crítico de estas herramientas: cómo mejorar su productividad, detectar sesgos, mantener la privacidad y tomar decisiones informadas.











Fomentar el criterio humano, porque ninguna IA sustituye el juicio ético, la empatía o la visión de negocio.
La Inteligencia Artificial llegó para quedarse y tenemos dos caminos: restringirla con miedo o formar a las personas para que la usen con propósito.
La pregunta no es “¿cómo evitamos que entre la IA?”
La pregunta es:
¿Cómo preparamos a nuestros equipos para que usen la IA con responsabilidad y a la vez tengan más espacio para pensar, crear y aportar valor?