La vida no viene con manual,

9 de mayo 2025
por Monse López
Cuando era niña, pensaba que mi mamá lo podía todo. Era maga, doctora, chef, reparadora de juguetes, experta en tareas y en corazones rotos. Nunca la vi rendirse. Siempre estaba ahí, con una sonrisa, resolviendo lo que fuera.
Pero ahora que soy adulta, lo entiendo: sí hubo días en los que se sintió cansada, confundida o sola. Simplemente, no nos lo mostró. Y eso también es fortaleza.
Ser mamá no es solo dar vida. Es sostener sueños, empujar metas, construir futuro. Es ir al trabajo con el corazón partido por dejar a tus hijos, y regresar con la energía suficiente para ser refugio, maestra y compañera de juegos.
Es emprender desde el amor, liderar sin títulos, enseñar sin pizarrones, sanar sin medicina.
Es postergar sus propios deseos para cuidar los de otros, y aun así no dejar de soñar.

Hay un poder silencioso en las madres que muchas veces se da por hecho: el de levantarse temprano aunque haya dormido poco, el de pensar en todos menos en ella, el de sonreír mientras carga el mundo en la espalda.
Este blog es un homenaje.
A ti, mamá. A las que trabajan, educan, crían, luchan.
A las que lloran en silencio pero siguen.
A las que dudan, pero no se rinden.
Porque aunque la vida no tenga instrucciones, muchos tuvimos la suerte de tener a alguien que nos enseñó a vivirla. Una mamá.
Un regalo para ti mamá
Hoy, en el Día de las Madres, queremos recordarte que todo lo que eres y haces ya es extraordinario.
Y también decirte esto: tú también mereces tiempo para ti. Para volver a conectar con tus sueños, para seguir aprendiendo, creciendo y creyendo en ti.
Sabemos que ser mamá no significa tener todas las respuestas. Por eso, queremos dejarte una herramienta sencilla pero poderosa que puedes aplicar en los momentos en los que te sientas sobrepasada, culpable o desconectada de ti misma.
Escucha tu diálogo interno
En medio de la rutina, muchas mamás tienen pensamientos como:
“No estoy haciendo lo suficiente…”
“Debería poder con todo…”
“Me siento culpable si me tomo un descanso o compro algo para mi…”

Hazlo así

Piensa en un momento reciente en el que te sentiste mal contigo misma. Tal vez pensaste que no eras suficiente, que fallaste o que no estabas haciendo un buen trabajo como mamá.

Ahora imagina que una amiga muy querida te cuenta que ella se siente igual. ¿Qué le dirías? Escríbele una carta compasiva, con amor, empatía y sin juicios.

Cambia el nombre. Esa carta es para ti.
Practicar este tipo de ejercicios no borra el cansancio, pero sí puede recordarte tu valor. Puedes hacerlo en tu celular, en una libreta o solo en tu mente mientras esperas en el coche o te tomas un café.
En SLA! Academy Lab creemos en el poder de las madres reales: imperfectas, humanas, valientes.
Gracias por cada esfuerzo silencioso, por cada noche sin dormir, por cada “sí puedo” dicho con lágrimas en los ojos.
Porque no hay manual para esta vida… pero si tú estás, todo se siente posible.
